lunes, 7 de septiembre de 2015

LA IMPORTANCIA DE LAS ENERGIAS RENOVABLES EN PROYECTOS ESTATALES

Toda energía cuya fuente contiene cantidades suficientes a largo plazo (virtualmente inagotable) o que es capaz de regenerarse por medios naturales, se denomina ENERGIA RENOVABLE. Entre las energías renovables se cuentan la Eólica, Geotérmica, mareomotriz, solar, undimotriz, y por supuesto las más desarrolladas comos son la biomasa, biocarburantes e hidroeléctrica. 

El objeto de utilizar estas opciones, siempre apuntan al elevado deseo de los países en desarrollo de erradicar la pobreza, razón por la cual es de prioritario en las decisiones de política pública, y de la estrecha relación que tienen el estado de los recursos naturales con la capacidad de las sociedades para mejorar el bienestar de las personas y promover
el desarrollo.

La inclusión explícita de la necesidad de acabar con la pobreza de una forma que se garantice que no volverá a aparecer y que se mantendrán los recursos naturales, resalta al
menos dos temas. 

Primero, que es importante establecer conceptos claros sobre ECONOMIA VERDE  

Segundo, que este concepto no puede existir si los patrones de consumo y producción no garantizan que la mejora en el estado del medio ambiente y los beneficios sociales estén presentes en el corto, mediano y largo plazo.
                                                       
Bajo estas premisas entonces, la economía verde es la que mejora el bienestar del ser humano y la equidad social, a la vez que reduce significativamente los riesgos ambientales y las escaseces ecológicas. 

En su forma más básica, una ECONOMIA VERDE es aquella que tiene bajas emisiones de carbono, utiliza los recursos de forma eficiente y es socialmente incluyente.

Es de suma importancia remarcar que el concepto de “economía verde” no sustituye al de “desarrollo sostenible”, sino que es una ruta a tomar para alcanzarlo. El camino concreto no es igual para todos los países, sino que depende de la situación y perspectivas específicas de cada uno. 

En la región existen diversas iniciativas que ya apuntan hacia el desarrollo sostenible que pueden considerarse como economía verde. Dentro de esa amplia gama de opciones hay
algunos elementos que son comunes a todos ellos.

Los recursos naturales no son inagotables y tienen una capacidad ilimitada de regeneración, al reconocimiento de que la naturaleza tiene límites y que la humanidad tiene la responsabilidad de asegurar que los ecosistemas y los ciclos naturales se mantengan en sano funcionamiento. Esta responsabilidad atiende a dos inquietudes que se han puesto como razón fundamental para la protección ambiental. Por un lado se ha reconocido el derecho a un desarrollo armónico con la naturaleza, y por el otro atiende a la necesidad de mantener un medio ambiente que proporcione de forma sostenida los bienes y servicios necesarios para asegurar el bienestar de las personas incluyendo las más vulnerables. Y en este sentido, otro de los rasgos compartidos es el fuerte valor que se le da a la inclusión y desarrollo social, como parte fundamental del proyecto o intervención.

La falsa creencia de un medio ambiente sin límites es la falta de reconocimiento de que la sociedad toma bienes y servicios de la naturaleza para promover su bienestar (como agua de ríos, lagos y el subsuelo, beneficios de los ecosistemas agrícolas que resultan en la producción de alimentos, aire limpio, y una infinidad más) pero que no retribuye a la naturaleza, ni la provee de los medios y tiempos necesarios para recuperar o regenerar eso que tomó.

Para corregir esta práctica errónea y las consecuencias que ha provocado, es necesario comprender la importancia de los bienes y servicios que provee la naturaleza, y el hecho de que muchos de esos bienes y servicios entran en una dinámica de mercado que no ha incorporado el costo ni el beneficio que tienen para la sociedad el asegurar que la naturaleza pueda seguir proporcionando dichos bienes y servicios.. Los beneficios en la mayoría de los casos son evidentes.

Reconociendo que los países de la región tienen una gama muy variada de condiciones sociales, ambientales, económicas y culturales, resulta evidente que no es posible aplicar un mismo conjunto de estrategias para lograr transformar la una economía hacia una más respetuosa con el medio ambiente e inclusiva. Es labor de los gobiernos establecer las condiciones que consideren necesarias que permitan a su país asegurar en el corto, mediano y largo plazos, la erradicación de la pobreza,  UNEP/LAC-IG.XVIII/3, la mejora de las condiciones de vida y la conservación de la naturaleza.

Igualmente, es responsabilidad de los estados definir, aplicar, promover y coordinar las acciones necesarias dentro del contexto específico de su país, para llevarlo hacia un desarrollo sostenible en el plazo más corto posible.

Muchas de las iniciativas de políticas, programas y proyectos promovidos por los gobiernos, el sector privado y las organizaciones de la sociedad civil en la región, en áreas que van desde la generación de energía limpia, la agricultura sostenible, el ecoturismo y la gestión sostenible de los recursos naturales son elementos básicos de una economía verde. La transición a una economía verde no es un obstáculo para el desarrollo y la industrialización, generando condiciones que los puedan atrasar. Por el contrario, una economía verde está destinada a promover la industrialización basada en la eficiencia de recursos, asegurando un acceso fiable, local y asequible a la energía y la tecnología, así como mejorar la eficiencia en el uso de los recursos que podría mejorar la competitividad de la región.

El debate en torno a la economía verde está estrechamente relacionado con el marco de desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza. Lograr el desarrollo sostenible requiere del fortalecimiento de sus tres pilares interdependientes, el AMBIENTAL, SOCIAL y ECONÓMICO. A través de la economía verde, la promoción del gasto público, las inversiones privadas y la creación de condiciones favorables garantizan que la asignación de capital y la alineación de las decisiones políticas son coherentes con los objetivos de desarrollo sostenible, promoviendo así la cabal implementación de la Agenda 21. 

El cambio hacia una economía verde debe ser visto como un vehículo económico, ambiental y social, y un camino para el desarrollo sostenible.

12. La mayoría de las clases más vulnerables en América Latina y el Caribe dependen de la agricultura, bosques, pesquerías y otros recursos naturales y servicios de los ecosistemas para su subsistencia, el acceso a los alimentos, el empleo y la generación de ingresos. Mediante la promoción de las inversiones que mantengan y mejoren los recursos naturales, una economía verde permite el acceso a servicios básicos como alimentos, energía, infraestructura, agua e y generación de entradas económicas para las clases más vulnerables. Por ejemplo, formas más sostenibles de agricultura aumentarán el rendimiento, los ingresos y reducirán el cambio climático y la vulnerabilidad del medio ambiente. 

En el sector energía, dado que partes de la región de América Latina y el Caribe siguen sufriendo un acceso limitado a la energía que impide el desarrollo de las actividades y el desarrollo de la región5, la economía verde puede promover soluciones de energía renovable como la biomasa moderna, la energía solar, eólica, hidráulica y geotérmica, las cuales pueden ofrecer opciones energéticas más viables, accesibles y adaptables para la calefacción, la cocina y la iluminación de los más vulnerables.
                                                       
Si una economía va a ser verde e inclusiva, no debe constituir nuevos obstáculos técnicos al comercio y a la cooperación. En línea con los principios de Río de responsabilidades comunes pero diferenciadas y capacidades respectivas, la transición a una economía verde debe tener en cuenta los impactos de distribución internacional. De esta manera, el crecimiento verde puede conducir a nuevas oportunidades de mercado. Las normas comerciales deberían impedir a los países el uso de preocupaciones ambientales como un pretexto para la protección del comercio.

Según la visión de uno de los países de la región, lejos de imponer barreras y restricciones de cualquier naturaleza, la economía verde genera oportunidades y supone:

a) La conciliación del crecimiento de la actividad económica y comercial con la gestión sostenible de los recursos y el fortalecimiento de la protección ambiental;

b) La inversión en tecnologías agrícolas que permitan una utilización más sostenible del suelo y de los recursos naturales en general;

c) La reducción de las emisiones de carbono;

d) La promoción, diseminación e inversión en energías renovables;

e) El manejo ambientalmente sostenible de los residuos;

f) La adecuada gestión de los productos químicos;

g) La promoción de patrones de consumo y producción sostenibles, con los países desarrollados tomando el liderazgo en la implementación de medidas;

h) La promoción de un hábitat social sostenible, mediante la utilización de tecnologías limpias en la construcción y de la creación de oportunidades de empleo en la industria.

15. Otros ejemplos de instrumentos que pueden ser un aporte para el desarrollo sostenible en el marco del concepto del crecimiento verde, estrategia bajo la cual se enmarcan las discusiones de los países de la OECD, incluyen: las compras públicas sostenibles, la generación de empleos dignos y verdes, en particular, para mujeres y jóvenes, la eliminación de subsidios perversos, los impuestos “verdes”, la infraestructura sostenible, la producción agropecuaria sostenible, la energía renovable y la eficiencia energética, el ordenamiento territorial ambientalmente sostenible, la promoción de la ciencia, la investigación, desarrollo e innovación en tecnologías e industrias sostenibles y con alto potencial de crecimiento, y en particular, la promoción de una economía de bajo contenido de carbono.


Artículo basado en el artículo: Economía Verde en el contexto del desarrollo sostenible y erradicación de la pobreza: Una perspectiva desde América Latina y el Caribe, del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente - Oficina Regional para América Latina y el Caribe
UNITED NATIONS ENVIRONMENT PROGRAMME PROGRAMME DES NATIONS UNIES POUR L’ENVIRONNEMENT

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