jueves, 27 de junio de 2013

Martín Heidegger filósofo de tendencia existencialista, planteó en algún momento que, “el problema de la filosofía no es la verdad sino el lenguaje”, esta máxima hizo un aporte decisivo al denominado giro lingüístico, problema que revolucionó la filosofía.

Este razonamiento se suma a otros contemporáneos como Jean-Paul Sartre, Jacques Derrida, Gianni Vattimo y a una gran parte de pensadores envueltos en el debate sobre la muerte, la existencia de Dios y el Ser, el nihilismo, la postmodernidad y la época post-capitalista.

La importancia de la filosofía radica en el desarrollo del sentido común, nada más digno para el hombre que ser inteligente, y por tanto que ame la sabiduría. Y es importante desarrollarla por las siguientes razones:

1º Se desarrollan y perfeccionan las facultades del hombre, y principalmente las intelectuales.

2º Conduce al hombre al conocimiento y posesión de la verdad, y por otra ordenar y dirigir sus acciones morales en armonía con el conocimiento y posesión de Dios como último fin del hombre por medio de la práctica de la virtud. Y la virtud y la verdad son los únicos bienes verdaderos a que el hombre debe aspirar en esta vida.

3º La historia enseña que la Filosofía, ha contribuido poderosamente al desarrollo y progreso de las ciencias, así naturales y físicas como morales y políticas, las cuales todas tienen su base y reciben sus principios de la Filosofía, que viene a ser como el tronco del cual derivan todas aquellas ciencias de una manera más o menos inmediata y directa.

4º Ni es menos evidente la utilidad de la Filosofía bajo el punto de vista cristiano; pues la experiencia, la historia y la razón enseñan de consuno:

La Filosofía abre y prepara el camino para reconocer la verdad, que sirve de poderoso auxiliar a la fe, a la esperanza ya sea para: Defenderla, para poner de manifiesto sus ventajas, ya para exponer y desarrollar de una manera racional y científica un dogmas, pero sobre todo y principalmente, para sistematizar la doctrina de la revelación por medio de la Teología, la cual recibe de la Filosofía su principio científico.

Mucha gente menosprecia la utilidad del razonamiento filosófico como principio del conocimiento. A este tristemente célebre grupo, se le puede catalogar con una infinidad de calificativos peyorativos, inclusive en países como el nuestro se usan palabras definidas en el diccionario como pendejo, gilipollas y/o huevón.

En ciertas ocasiones realmente no lo son, sino que más bien se hacen "los tontos", que implica fingir engañosamente no darse cuenta de las cosas para lograr algún objetivo. De ahí la pregunta ¿...Eres o te haces?.

Cómo podría un hombre o una mujer inteligente, cometer errores…, simple, cuando toma opciones o decisiones incorrectas. Hacer lo correcto es sinónimo de inteligencia, y por tanto es acto reflexivo que se sustenta en el sentido común.

Necesitamos seres humanos con criterio, no olvidar el procedimiento:

Identificar el problema, buscar alternativas, tomar la decisión...Aquí el hecho de tener un filosofía clarificada..ayuda en gran medida.

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